El sol en la cara. Gafas de sol. Y un pitillo en la mano. Saboreando un café con hielo y recordando cómo era mi vida antes de todo esto. Antes de las responsabilidades y de la madurez, antes de las lágrimas y el miedo, cuándo nos divertíamos haciendo tonterías que ahora si vemos a alguien cometer miramos por encima del hombro, de reojo, y sentimos vergüenza ajena.
Querer volver a tu lado, a sentirme infantil, a sentir las cosas por primera vez, y pasar vergüenza. Cometer locuras que parecen lógicas en el momento, y reír luego de lo
estúpido que fue, sin sentir un resquicio de arrepentimiento. Sonreír, y nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario