miércoles, 31 de marzo de 2010

Como Holly, descubriendo las fronteras del amor

Siempre igual. No se cómo lo hago, pero siempre acabo haciendo algo mal.
A ver, debo decir, que no soy el tipo de persona que demuestra lo que siente a través de palabras. A mí tienes que conocerme desde hace mucho para saber que daría todo por las personas que me importan. El problema es como interpreta mi novio, con el que salgo hace tan solo una semana (una semana y un día para ser exactos), mis errores que para mí parecen tener una importancia ínfima.
Pues hoy la fastidié pero bien. Sí es cierto que lo conseguí solucionar al final, pero no quiero seguir cometiendo el mismo tipo de errores.
No entiendo por qué no soy capaz de decir todo lo que siento a la cara. No. Con lo fácil que es decir: Mira, que se que estamos juntos desde hace poco, pero haces que sea feliz cada día, y no quiero vivir sin ti, porque aquello no era vivir, sino una mera supervivencia para encontrar algo más adelante. Pues no. No soy capaz. Y no soy capaz porque soy el tipo de persona que convierte todo en una competición, y odio perder. También soy muy orgullosa, y creo que nunca reconoceré que necesito a alguien, porque eso significaría que ya no soy independiente. Siempre ando diciendo que mis amigos son difíciles de llevar, pero me salto la parte en la que aunque yo sea muy buena amiga.. pues también soy muy difícil. Y de novia, pues multiplícalo por tres.
No quiero reconocer que le pertenezco a nadie, ni quiero darle el poder a alguien de romperme en pedazos (supongo que en esto me parezco a la protagonista de mi película favorita, Desayuno con Diamantes), pero esto solo hace que no entregue todo lo que tendría que dar en un relación, siempre me quedo corta. Y lo peor es que al final, todo eso que intento evitar se hace realidad, solo hago que parezca que no lo es por fuera.
Además de eso (sí, hay más), como nunca tuve una relación seria, pues no se qué hacer ni cómo hacerlo, por lo que intento buscar la perfección. Claro que estos ya son errores más tontos, pero no se qué hacer, si dejarle su espacio o estar con él siempre que le veo, si decirle lo mucho que lo quiero o si eso le va a asustar...
La verdad, pensé que esto de tener pareja era mucho más sencillo.
Lo único que sé ahora mismo es que no le quiero perder, y que voy a hacer todo lo que pueda para que esto funcione.
Te quiero.

martes, 30 de marzo de 2010

Lo difícil que es ser feliz

Hoy llovió, me mojé, creo que cogí un resfriado y fumé demasiado, pero claramente fue un buen día.
Ahora estoy sentada en mi cama, con el portátil, bebiendo un zumo de piña y grosella (un antioxidante, o eso dice el envase) y escuchando Tears In Heaven, una de las mejores canciones escritas.
Estoy en mi habitación, sí, y solo me recuerda a lo que pasaba hace tan solo unas horas. Cuando estábamos él y yo, abrazados. Cuando yo le estaba besando y el estaba rozando mi piel con sus manos. Esos momentos deberían durar para siempre. Aunque supongo que es mejor que no lo hagan, ya que dejarían de ser algo especial. Supongo que es eso lo que pasa cuando te haces adulto y vives con alguien, que todo se vuelve rutina.
Él me lleva dos años de edad, pero muchos más de experiencia. Eso se nota cuando estamos juntos. Yo, que soy tan lanzada para unas cosas, empiezo a temblar cuando tengo que probar algo nuevo. No puedo evitarlo, nunca pude. Es cómo cuando era pequeña y empecé a jugar al badminton, que antes de ir a clases compramos una red y unas raquetas, porque me daba demasiada vergüenza ir a las clases sin saber nada. Sí, ya era así con solo cinco años. Cinco años, y un enorme sentido del ridículo (cosa que ahora ya no me sobra, la verdad).
Lo cierto es que supongo que en asuntos de cama lo llevo todo bastante mal. ¿Sabéis?, yo creo que todo el mundo miente con eso de que la primera vez es bonita. Porque aunque no puedo decirlo desde mi experiencia, me da la sensación de que va a ser un desastre total, de que todo lo malo que puede ocurrir va a pasar. Ya sabéis lo de la ley de Murphy, ¿no? Esa que salía en un anuncio de coches. Pues justamente eso.
Pero a pesar de todo esto, debo decir que me encanta estar con él, y que cada segundo a su lado me hace sentir a gusto, cómoda, como si pudiese decir cualquier burrada y que no se lo tomaría a mal (ya sabe que estoy un poco mal de la cabeza).
Pero en esto entra un pequeño problema: el qué dirán. ¿Por qué será que en los momentos más felices siempre llega alguien y te dice: ten cuidado? ¿No se dan cuenta de que te acaban de estropear la felicidad de la peor manera posible? O tienen envidia, o simplemente te prefieren triste y amargada. Puede ser que eso de la felicidad no vaya con ellos. Luego está la gente que ni siquiera te lo dice a ti, que simplemente lo va diciendo por ahí. ¿Pero alguien les ha preguntado? Yo no les digo que su novio es un gilipollas o que las va a dejar tiradas a la primera de cambio. Hay que dar una oportunidad a la gente.
La gente cambia, sí. No puedes hacer cambiar a alguien, pero sí pueden cambiar por si mismos. Yo cambié. Hace dos años, yo era otra persona, y seguramente si mi novio me hubiese conocido en aquella época no estaría conmigo hoy.
Así que voy a dejar de preocuparme, y disfrutar de lo que tengo, porque desde que estoy con él, todos me dicen que estoy asquerosamente e insoportablemente feliz.