miércoles, 6 de abril de 2011

Mi venganza personal.


Porque para todos llega el momento, el momento exacto en el que nuestros deseos de venganza se vuelven demasiado fuertes. Deseos de vengarnos por lo que nos han hecho, o por lo que faltó por hacer.
Siento como ese deseo se apodera de mi. “Aún encima tiene el coraje de pensar que esto ha sido culpa mía, que él es perfecto. ¿Qué se cree, que voy a estar esperándole?” pienso mientras leo sus nuevos textos. Yo siempre fui la que le animaba a escribir, le decía que me encantaba su forma de escribir. No sé cuando, pero se cansó de escribir sobre mí o para mí. Debió ser por aquel entonces cuando todo se fue a la mierda, cuando se cansó de decirme lo mucho que me quería, y de cantar para mí. Nos olvidamos de por qué estábamos juntos, y por mucho que intentase recordárselo, ¿cómo hacerlo, cuando yo misma no conseguía entender qué ocurría?
Pero, de nuevo, repite la historia. Ni siquiera tiene originalidad, repite sus antiguos textos, los que me pertenecen. ¿Por qué lo hace? ¿Para que yo lo recuerde todo? Si fue él quien lo hizo imposible. No tiene derecho a tener rencor. Y tiene el valor de decirme que para mi nunca se acabará.
La venganza. La venganza es un sentimiento tan irracional, tan fuerte, que a todos nos hace cometer estupideces. Yo misma, acabo de escribir esto por venganza, al igual que él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario